Evaluación auténtica
Brenda Jasmin López Pablo.
El siguiente documento analizará la propuesta de evaluación alternativa, la
cual se presenta como un enfoque capaz de llevarnos a una evaluación autentica
de los procesos de enseñanza aprendizaje; el escrito se encuentra dividido en
dos partes, la primera abordara el concepto de evaluación y su tipología, con
el fin de que la segunda parte la cual
se centrara en explicar lo referente a evaluación alternativa sea claramente
entendida.
Evaluación y tipología
de la evaluación
Desde la antigüedad se
ha utilizado la evaluación para
detectar, corregir, valorar, calificar o medir la realidad en la que estamos inmersos,
pero ¿Qué es evaluación? La concepción de evaluación, se ha ido reconstruyendo
según se ha profundizado en las implicaciones que tiene y actualmente existen
un sin fin de autores que retoman este término y lo aplican a diferentes
ciencias por ejemplo la evaluación vista desde una perspectiva cuantitativa es “una
fase de control que tiene como objeto no sólo la revisión de lo realizado sino
también el análisis sobre las causas y razones para determinados resultados,…y
la elaboración de un nuevo plan en la medida que proporciona antecedentes para
el diagnóstico”. (Duque, 1993, p. 167) en cambio desde un punto
cualitativo “la evaluación educativa, se
puede considerar como un instrumento para sensibilizar el quehacer académico y
facilitar la innovación”. (González y Ayarza, 1996); en este caso al hablar de
evaluación retomaremos lo que menciona Casanova, para la cual:
La
evaluación aplicada a la enseñanza y el aprendizaje consiste en un proceso
sistemático y riguroso de obtención de datos, incorporada al proceso educativo
desde su comienzo, de manera que sea posible disponer de información continua y
significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a
ella y tomar decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa
mejorándola progresivamente. (1998).
Cabe destacar que la
evaluación aplicada a la educación como proceso sistemático y profesional es
algo propiamente del periodo Postyleriano[1], a lo largo de este periodo, la evaluación
educativa se desarrolló a tal grado que
se generaron diversas formas para
evaluar, proporcionando una serie de
opciones a los agentes educativos para llevar a cabo una evaluación. Casanova
(1999), formula una tipología[2] metodológicamente
útil que distingue cuatro tipos de evaluación; Primero está la evaluación según
la función que realiza, conformada por la evaluación sumativa y formativa, la
principal diferencia entre estas radica en que lo sumativo se enfoca al
producto final, en otras palabras determinar el grado en que se han alcanzado
los objetivos para utilizarlos en una toma de decisiones y es utilizada para
tomar medidas a mediano y largo plazo, en cambio lo formativo se centra en cómo fue el proceso
y su finalidad se enfoca en la mejora del proceso evaluado permitiendo tomar
medidas de carácter inmediato.
El segundo tipo de
evaluación propuesto por Casanova es por su normotipo y se enfoca en referentes
de comparación, que pueden ser internos o externos, este último comprende la evaluación criterial
(Se basa en criterios e indicadores los cuales deben ser concretos, claros y
prefijados con anticipación.) y normativa (Se establecen normas de valoración
de un sujeto en comparación al nivel o rendimiento del grupo al que pertenece)
en el referente interno se encuentra la evaluación ideográfica que toma como referente
las propias capacidades y posibilidades de desarrollo del estudiante , además está centrada en cada sujeto y valora, sobre todo,
su esfuerzo, que pone en aprender y formarse.
La evaluación referente
a los momentos en que se aplica puede ser inicial (se aplica al comienzo de un
proceso evaluador, para inferir el grado de conocimientos con los que parte el
alumnado), procesual (evaluación continua del proceso o desarrollo del
aprendizaje útil para detectar dificultades en el proceso de enseñanza y
aprendizaje.) o final (Se realiza al terminar un ciclo, área curricular, unidad
didáctica o etapa educativa y supone un momento de reflexión en torno a lo alcanzado
después de un plazo establecido). Por último está la clasificación según los
agentes que participan en la evaluación y engloba la autoevaluación (capacidad
para valorar el desempeño y aprendizaje de uno mismo); la heteroevaluación se
refiere a cuando alguien diferente a nosotros evaluá y la coevaluación en
cambio es aquella en la que unos sujetos o grupos se evalúan mutuamente.
Evaluación auténtica
En el apartado anterior se mencionaron las diferentes alternativas que se
tienen para llevar a cabo una evaluación, pero no se mencionó la importancia
que ha tenido en el ámbito educativo, principalmente en los paradigmas
psicológicos que han repercutido en el sistema y que a su vez llevaron a un cambio
en la forma de evaluar, para ejemplificar esto tomemos como referente la
evaluación sumativa, la cual es ampliamente utilizada en el paradigma conductista y responde a una enseñanza programada, en donde
el estudiante está sujeto al cumplimiento del currículo; esta avaluación
sumativa por si sola no permite visualizar el nivel completo del aprendizaje de
los estudiantes, además que deja de lado los aspectos internos del sujeto, por
tal razón el paradigma humanista que surge en contraposición al paradigma
conductista, plantea como método de evaluación la autoevaluación critica en la
que se utilizan criterios significativos de punto de vista personal e impuestos
desde fuera.
Con lo anterior
podríamos deducir que el tipo de evaluación utilizado por los agentes que
intervienen en los procesos de enseñanza y aprendizaje, está en función de los
modelos y enfoques adoptados por la institución educativa; un problema que
suele suceder con respecto a llevar una sola forma de evaluación, radica en que
no se puede mejorar la evaluación, entendiendo mejora como un proceso de
recreación, en el cual se innova pero al mismo tiempo se rescatan aspectos
básicos.
La clave para mejorar
el proceso de evaluación se encuentra en gestar una evaluación auténtica en la cual la persona pueda darse cuenta de:
qué es lo que se, dónde se está generando una mejora y qué se está logrando,
pero de igual forma ayudar al instructor para saber que debería cambiarse y
mejorarse en el diseño de la planeación didáctica. ¿A qué se refiere una
evaluación auténtica? Ahumada (2005), plantea que “una evaluación alternativa es un enfoque que intenta mostrar una visión
diferente de la evaluación, en donde se pueden utilizar diferentes métodos para
averiguar el nivel de conocimientos del estudiante, sin necesidad de centrarse
únicamente en un tipo de evaluación, debido a que busca llegar a una
comprensión y mejora de los procesos de aprendizaje”.
Algo indispensable en
una evaluación alternativa es la
importancia que le da al proceso de aprendizaje, ya no al producto final, es decir una evaluación
que evalué procesos, permitirá que el alumno sea agente activo y responsable de
su conocimiento al mismo tiempo. Collins (1995) señala que esta forma de
evaluación se "concibe como un proceso colaborativo y multidireccional, en
el cual los alumnos se autoevalúan, son evaluados por sus pares y por el
maestro y este a su vez aprende de y con sus alumnos".
A mi parecer la
evaluación y auto evaluación son elementos esenciales, ya que a través de estos
la escuela se responsabiliza por los procesos que desarrolla y los resultados
que obtiene, Collins (1995) menciona acertadamente que existe un proceso colaborativo y
multidireccional, por el cual se pueden identificar los aciertos y dificultades
que están presentes. Esto con el fin de mejorar la calidad y nivel de los
aprendizajes.
Ahumada (2005) plantea que
una evaluación auténtica, debe ser vista como un proceso inherente al
aprendizaje y equilibrado en la teoría y en la práctica. Ya que incorpora
diferentes métodos y técnicas para ayudar a que los estudiantes adquieran
evidencias y vivencias personales, con base en los diferentes contextos. El
docente visto dentro del enfoque de evaluación auténtica toma el rol de mediador entre los conocimientos previos y los
conocimientos nuevos que se adquirieron, esto facilita una comunicación
horizontal entre estudiante y docente, en la que sin duda los dos aprenden
juntos.
Conclusión:
El enfoque de la
evaluación alternativa, se presenta quizá como la solución para lograr una evaluación auténtica, ya que no se limita a utilizar un tipo de evaluación ni a obtener
resultados finales, más bien busca
enfatizar en los procesos de aprendizaje para lograr una mejora. La evaluación
alternativa de alguna manera vincula a
los diferentes tipos de evaluación expuestos en un principio, para lograr una mejor perspectiva de los
procesos de enseñanza y aprendizaje; sin embargo a un existen docentes que aplican la evaluación que ellos
consideran pertinente o a la que están acostumbrados, y no toman en cuenta el enfoque en el cual se basa la
filosofía institucional, esto genera estancamiento en el proceso de mejora de
la evaluación. Finalmente diré que la evaluación auténtica es algo posible, y
que probablemente se retomen aspectos de esta para trabajar en un futuro,
incluso algunos paradigmas (como el constructivista, psicogenético, humanista,
socio cultural) apoyan en parte las propuestas de este enfoque.
Bibliografía:
Acevedo, P. A. (2005). Hacia una evaluación
autentica del aprendizaje. México: Paidos.
Prieto, J. H. (2012). Competencias en la docencia
universitaria. México: Pearson.
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